Llegó. Tardo lo suyo pero llegó.
Desenvuelto en la tienda de mi mujer.
Transportado en el coche de mi amigo Pepe al hangar.
Y acomodado en la estantería que será su casa durante un tiempo.
Me fui para casa con la intención de estrenarlo al día siguiente sin falta. Al día siguiente comprobé que no siempre hace uno lo que quiere. Pero algo hice. Sorprendente incluso.
menudo peacho de barco te has comprao, primo
ResponderEliminarQue lo disfrutes por mucho tiempo sin que quieras cambiarlo........
ResponderEliminarMe gustaria saber el peso real...
miramelo cuando puedas.