El gorro

Entre salida y salida voy a seguir poniendo cosas sobre el equipo imprescindible y también sobre el prescindible.

Para mí, cubrirse la cabeza del sol es fundamental y, debido a las dimensiones, complicado.

Pero también he encontrado la horma de mi zapato. O más bien, la medida a mi cabeza.

Desde que encontré un sombrero de ala ancha, con protección UV, autoventilado, mojable y de secado rápido, si puedo, prescindo hasta de las gafas de sol.

Yo me quemo con facilidad orejas, nariz y colleja pero con este gorro lo tengo todo solucionado en gran medida.

Es cierto que, a veces, debido al reflejo de la luz en la superficie también llevo las gafas de sol, pero en días nublados, si puedo, navego sin ellas.

Sería recomendable que fuera además de un color visible en la distancia, ya que será la parte mas alta de nuestro conjunto en la lejanía, pero este tipo de prendas no se fabrican mas que en colores casi militares.

Hay quien recomienda, y esto si que lo hay en colores chillones, llevar una capucha de neopreno, Reed o similar cuando se prevén entradas y salidas frecuentes en el agua. Mantener el calor corporal y proteger los oídos es el objetivo. Yo no las he probado. Quizás cuando aprenda a esquimotar.

¡Bendito pelo el de aquel que le abunde en la parte superior de arriba de la cabeza!

¡Ah! Y lo que quiera que lleves, cogido a ti o a alguna otra prenda, esto es, con barboquejo o una cuerdecita cogida al impermeable o al chaleco. Ya es bastante incomodo encontrarse uno mismo en un revolcón orillero como para añadir un elemento mas a la lista de cosas mojadas flotantes o hundidas.