jueves, 30 de junio de 2011

Culotte Tactic y Duopower On'Ix

En el recorrido del minero cometí deliberadamente tres actos de los que se denominan comúnmente como errores en las guias de supervivencia de cualquier deporte.

Acto 1) Estrenar equipo sin prueba previa. Cuerpo del delito:

Sillín Duopower On'Ix.

Últimamente notaba que algunas partes de mi anatomía se dormían o quedaban insensibles al cabo de una hora de pedaleo. Investigando una solución vi el sillín que Paco Julián ya había incorporado como habitual a su Specialized. Investigué por internet para corroborar las informaciones que él había aportado previamente, esto es:

- Que los primeros 5 dias de Duo Power son muy duros.
- Que ya no se te duerme nada.

Me decidí contra reloj a conseguir uno a 10 días de la aventura. La agitada vida moderna y los compromisos me impidieron salir ni una vez con él antes del dia de autos. No así mi cuñado para quien también compré y ayudé a instalar uno, que sí fue probado y retirado con dolor antes de partir. Uf. Mal augurio.

Acto 2) Estrenar equipo sin prueba previa. Cuerpo del delito: Culotte Tactic de Gel.

Acojonado por las noticias de la prematura retirada del On'Ix de la Orbea de mi cuñado corrí cual gacela a rendirme a los cantos de sirena de los culottes de gel el mismo día previo a la partida. Compré el más barato de la tienda. Y crucé los dedos.

Hoy me pregunto que hubiera sido de la caballería como medio habitual de transporte si se hubieran inventado antes los culottes de gel. Quizá el auto no hubiera tenido tal auge. La vida se ve de una forma distinta con un culotte de gel debajo del o... puesto.

Lo que nos lleva al

Acto 3) Estrenar dos elementos del equipo que trabajan en íntima combinación sin pruebas previas.

Lo que podía haber desencadenado en un error de dimensiones épicas y consecuencias médicas y de la dignidad inasumibles para un hombre que se tiene por tal resultó, por una vez y sin que pueda servir de precedente, un acierto a todas luces. Después de 227 km (más dos veces el camino de mi casa a Aprendices) mi culo no estaba más perjudicado que después de un sencillo paseo vespertino con mi hija por la playa. La combinación de estos dos elementos fue un superacierto del que fui dándome cuenta a partir de ese momento en que ves que la gente intenta apoyar con cualquier cosa menos con la parte central o media del culo en el sillín. Apoyan un muslo, apoyan el otro, tensan una pierna y dejan que la bici avance lo que pueda. Y yo me sentía aceptablemente a gusto sin un protocolo de prueba adecuado ni un entrenamiento previo al uso.

Puedo recomendar ambos elementos sn complejos a todo aquel que guste de la bici y tenga miedo al proceso de adaptación a este deporte.

En una expedición como esta con un abanico de edades entre los 20 y los 80 años, cualquiera hubiera tenido al alcance realizarla y disfrutarla. Podríamos incluso habernos recreado más en las escalas y pinchado menos.

Y me siento orgulloso de, teniendo un poquito abandonada la bici últimamente, haber mantenido un nivel físico aceptable todo el tiempo, a excepción del dolor de cervicales del primer día y el intenso dolor de los talones de las mano a partir de la mañana del segundo, que me obligaba a hundirlas en el barril de las bebidas durante las escalas, no para pillar cerveza, sino para anestesiarlas un poco antes de continuar. Lo de las cervicales lo resolvió un Ibuprofeno. El que lo inventó debería tener una estatua con flores frescas todos los dias del año a la entrada de cada pueblo.

No estoy tan mal parece. Mi próximo elemento: los guantes de gel. Continuaré.

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