viernes, 30 de noviembre de 2007

De aqui para alla

Nuestro turismo nautico, acotado por la reciente e inminente paternidad respectiva, nos limitaba a salir de nuestra playa, remar media hora para alla y otra media para aca. No daba para mas. No conociamos mas. No habia nadie mas alrededor, con la excepcion de Javier, con quien coincidiamos a veces para surfear.

Pronto pensamos en desplazarnos a mas velocidad de la que ofrecian nuestros autovaciables.

Nos pusimos a la busqueda del que sería nuestro futuro kayak de mar ... por un tiempo

Centramos la búsqueda en los parámetros velocidad (Pepe), estabilidad (yo), capacidad de carga (¡ignorantes! ¿En que estariamos pensando?¿Ir de acampada?) y robustez a prueba de bomba. Por ese orden.

Dado que pensabamos seguir saliendo de nuestra playa de bolos y el plástico, por lo general, es más barato que cualquier tipo de fibra, tampoco había demsiadas dudas al respecto.

Desde nuestras matemáticas kayakeras de todo a 100, las cuentas decían:

A mayor eslora, mayor velocidad.

A mayor manga, mayor estabilidad.

Con esas sencillas reglas, diseñar kayaks debía ser una asignatura de 3º de E.G.B. ¿Para qué habría tantos modelos de kayak (menos que ahora) en el mercado? Al fin y al cabo el kayak es como un tablón (dos dimensiones, manga y eslora, lo demás accesorio) dentro del cual te sientas. Lo que es la ignorancia ¿Eh? O quizá el atrevimiento.

El tiempo nos ha demostrado que los números son números y, los materiales no son tan tan como estereotipamos.

Al igual que los trajes y el jamón, los kayaks hay que probarlos o probárselos antes de comprarlos. Pero son mucho más difíciles de probar. Ahora menos. Pero sigue sin ser fácil.

Y sí. Probamos la Kodiak y la Touryak (de Prijon) antes de decidirnos. Y también el modelo anterior de la Exodus (de Dagger).

No recuerdo si ya habiamos montado en la Savannah en algún momento. Pero el caso es que la Kodiak nos convenció. Ahora me cuesta recordar porqué.

Es, junto con la Barracuda, la más larga de los K1 de Prijon, con 4 centímetros más de manga que la primera. Los números. La Barracuda, ese torpedo veloz e indomable. La Kodiak, velocidad y capacidad de carga con estabilidad. ¿4 centímetros hacen todas esas diferencias?

La decisión estaba tomada: A buscar financiación.

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