Poco después de tener mi Mambo, a Pepe le regaló su señora un Freedom de Perception. Ya se veía desde un principio cual sería nuestro futuro kayakero.
Mambo, estabilidad, comodidad, tranquilidad, etc...
Freedom, velocidad, eslora, etc ... ¡inestabilidad! Sí, inestabilidad, para nuestro sistema de equilibrio del momento. Pepe se hizo unas musleras para mejorar el control lateral de su Freedom. Y me hizo unas a mí. Yo las gasté para convertir el mambo en una mochila y llevarlo de la calle a la orilla. Pero para navegar, no.
Sí, ya sé que es mucho querer ver en dos cachos de plástico con asiento. Pero fue premonitorio.
Así pasamos alegremente un año saliendo a navegar desde las playas de los términos de Sagunto y Canet d'En Berenguer.
Aquí tenemos una característica muy interesante de cara a la navegación, y es que hay dos "vertientes" podríamos decir. Según de donde venga el viento y las olas, siempre hay un sitio donde puedes navegar tranquilamente y otro donde puedes darle marcha al cuerpo. El puerto comercial separa las vertientes. Si en la playa del Puerto de Sagunto hace malo en el Grao, al abrigo exterior de la segunda dársena, hace bueno. Y viceversa.
Con esa premisa el día que decidíamos navegar, navegabamos. Muy pocos días nos volvimos a casa sin navegar, después de cargar los kayaks, vestirnos de morcillas marinas y salir de casa con toda la impedimenta.
Me cuesta recordar si realmente nos volvimos a casa sin navegar algún día.
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