lunes, 23 de mayo de 2011

Kowalski: ¡Opciones!

No hace mucho que via feisbuc sugerí mi pequeño contratiempo ciclista.

Como. gracias a Friendstream y al teléfono Android no hace falta mucha dedicación para dar un mensaje, colgué 3 fotos de las consecuencias y cada cual imaginó lo que quiso.

Dado que actualizar el blog tiene actualmente una prioridad ínfima, no he podido aclarar nada al respecto hasta hoy. Y no sé si llegara a término. Pero por si le vale de algo a alguien mi sangre, voy a intentar contarlo.

El caso es que yo pensaba que ya estaba encarrilado para ir a trabajar en bici contra viento y marea. Contra lluvia no. Contra viento y marea sí. Y llevaba una media estupenda. Una semana entera haciendo los 4 desplazamientos diarios en bici. Y en bici plegable y de tracción animal total. Nada de pedaleo asistido como algunos advenedizos que bloguean por ahí. Un saludo para Carlos.

Y de pronto, a mitad de camino, empieza a enturbiarse el asunto. Suelo mojado. El camioncito ese que parece que limpia pero que lo único que hace es convertir en barro el polvo del suelo y extenderlo uniformemente había tendido una entramado letal que me llevaba inexorablemente a una difícil decisión.

No pasa nada. Mantén la velocidad, Key. Establece un rumbo constante.

Adaptación a las circunstancias de la via. Hay poco tráfico. 100 metros para salir del asfalto resbaladizo.

De pronto, sin avisar, en el paso de cebra de la cafetería el típico peatón con la vida resuelta, paso firme, decidido. De esos a los que no les hace falta mirar antes de tirarse al paso de cebra porque saben que su gesto es una advertencia para los vehículos: "Miradme, estoy en mi derecho. Gilipollas, pero con derechos. Y dispuesto a ejercerlos"

Y ya lo dicen las nuevas bienaventuranzas: "Dichosos los que creen en los pasos de cebra porque ellos verán pronto a Dios. Con sus propios ojos. Quizá en la mano".

Si esta gente tuviera un poquito más de instinto de autoconservación en vez de instinto de autoconversación, esto es, si se dijeran un poco más cosas del tipo: "Es un paso de cebra, pero por si acaso, yo miro" y menos cosas del tipo "Para lo gilipollas que soy, ya estoy durando, ya ¿eh?" otro gallo nos cantaría en lo que respecta a la seguridad vial.

El caso es que, como decía, de pronto, me vi abocado irreversiblemente a una situación en la que lo realmente importante era tomar una decisión acertada en cuestión de milisegundos.

Y es aquí donde uno apela a ese pingüino que nos acompaña a toda partes y gritamos mentalmente: ¡Kowalski: opciones!

Y las opciones, como cualquiera podría imaginar eran las siguientes:

A) Mantener trayectoria y frenar: Más fácil de decir que de hacer. Frenar o no frenar era la diferencia entre mantener trayectoria con las ruedas rodando o con las ruedas bloqueadas y patinando literalmente hacia el gilipollas. Hacia el peatón. Resultado probable. Daños materiales y humanos. Dolor. Pleito. Ruina económica y humana.

B) Desviar la trayectoria, esquivar y "luegoyaveremos". Sin considerar más variables evito el factor b, esto es el gilipolas, ... el peatón y obvio, en principio 2 humanos dañados, el pleito y la ruina económica. Una posibilidad entre 100 de recuperar la trayectoria y seguir como si tal cosa para salir indemne de la pista de patinaje y la situación.

C) ... no, no hay más opciones.

Y ni siquiera llevaba al pingüino de los inventos.

Actualmente, ni Alien, ni Jeison ni la mismísima muerte montada en una Puch Monza cantado canciones de Tuna me aterrorizan tanto como la posibilidad de pleitear. Ni a caballo ganador. Los asalariados no tenemos posibilidades reales de ganar nunca nada pleiteando contra cualquer otro tipo de ente: Administración, delincuentes, empresas, etc.

Somos los grandes perdedores de la justicia en España.

La decisión estaba clara.

Unos milisegundos después de realizar el análisis efectúo un hábil aunque violento cambio de rumbo al que los neumáticos Kenda aparentemente de salón que monta de serie mi bicicleta Nishiki responden a plena satisfacción manteniendo la verticalidad del conjunto bicicleta-víctima para esquivar increiblemente al gilitón, subiendo el pequeño escalón del paso de cebra elevado para encontrarme con un factor que no había sido evaluado: la pintura ultraresbaladiza de los pasos de cebra.

Allí estaba, esperándomde agazapada sobre el propio paso de cebra, esperando su momento para multiplicar cruelmente el coeficiente de resbaladismo (me imagino que se llamará así) del firme, haciendo que, al intentar recuperar mi trayectoria para evitar cruzar al sentido contrario de la calzada, ahora sí, se produjera un rápido derrape.

Mi primer gesto, como haría cualquiera fue poner pie a tierra.

Posiblemente las cosas aún hubieran podido ser de otra manera si ese dia no me hubiera dicho a mí mismo por la mañana: "Si en Copenhage la gente va en bici con zapatos de vestir con absoluta normalidad ¿porque tengo que ir yo con las Merrell?". Lo que yo digo: Más autoconservacíón y menos autoconversación.

Mi pie resbaló limpiamente para quedar todo yo suciamente (rara palabra)  revolcado por el suelo que, aun a riesgo de ser redundante, estaba uniformemente impregnado de barrillo fresco.

Mi rodilla derecha fue la siguiente en recibir impacto contra el suelo, quedando, como constataría luego en el servicio de prevención, en carne viva.

El siguiente golpe fue con la parte exterior de mi antebrazo derecho que no llegó a la categoría de quemadura como la rodilla, quedándose en una humilde y sencilla "Pupa de las de siempre pero larga".

Evaluación de la situación:

a) No oigo frenazos.
b) No me han atropellado ... aún.
c) Sigo en el mismo sentido de la circulación.
d) Estoy consciente.

Me levanto:

a) Ropa sucia.
b) Dolor en rodilla, antebrazo, muñeca  y cadera.
c) Bici intacta: aleluya hermano.

Recojo la bici y a mi mismo y me quito de la circulación. ¿Ya se extinguieron los samaritanos?

Apoyo la bici en el bordillo mientra determino el plan a acometer, si volver a casa o seguir al trabajo.

Y oigo una voz desde detrás que me dice con tono profundo textualmente:

-¿Estás bien?

Del peatón. Con tono más bien de decir: "No es que tenga prisa pero cuanto antes pasemos esta formalidad antes me piro y me olvido de esto limpiamente".

A lo que yo contesto, seca pero educadamente:

-Sí.

Pero con tono de decir: "Muerto no estoy, ¿o te crees que soy un zombie? vete a la mierda gilipollas que eres más tonto que el pañal de atrás". Perdón por la crudeza del lenguaje pero estoy haciendo una descripción exhaustiva de los hechos.

El individuo desaparece de mi vida, espero que para siempre.

Y yo decido llegar hasta el trabajo por varios motivos:

a) Tienen más medios que en mi casa para determinar el alcance de las lesiones y aplicar remedios.

b) Es un accidente in itinere, que quiere decir "yendo a trabajo" que tiene la misma categoría que un accidente laboral, por lo cual los objetivos de todo el colectivo se resentirán un poquito más este año.

Cobraremos un poquito menos, vaya.

c) Allí no asustaré a a nadie. Profesionales. En casa sí.

Como todos los accidentes, no fue causado por una única causa. Al igual que la casi totalidad de accidentes en países "civilizados" fue fruto de una multicausalidad. A saber:

1) Suelo mojado con barro. Sin barro hubiera sido distinto.
2) Peatón gilipollas.
3) Pintura del paso de cebra.
4) Zapatos de vestir.
5) ¿Velocidad excesiva? ¿En bici?

Aunque no fue el caso, yendo en bici intentas por costumbre:

1) No llegar a parar del todo.
2) No bajar pie a tierra.
3) No separar el culo del sillín.
4) No perder inercia.
5) Ser peatón o vehículo según la conveniencia.

Y todas estas cosas ayudan a tener situaciones como la vivida y contada en este episodio.

Quedan aún algunas incognitas por despejar:

a) ¿Como pudo quedar la rodilla en carne viva y el vaquero sucio intacto?
b) ¿Como pude hacerme una pupa en el antebrazo y la chaqueta sucia pero intacta?
c) ¿Qué hubiera pasado si hubiera llevado las Merrell?
d) Los gilipollas decididos ¿se materializan justo al borde de los pasos de cebra o existen antes y después de cruzarlos? En el caso primero ¿Son como el holandés errante pero con ropa normal?
e) ¿Hubiera cambiado el cuento con unas cubiertas Big Apple?
f? ¿Vale la pena estirar tanto el tema? ¿Se nota la acritud que aún me invade?
g) De gilipollas.
h) Muda
i) No se me ocurre nada más.

Pasapalabra.

Por último, ya hablando en serio.

Si no fuera por mi panico cerval (no sé lo que significa pero mola y siempre la ponen detrás de pánico) a los pleitos ¿Valdría la pena demandar al ayuntamiento que sé que algunos lo han hecho y han ganado el
pleito y cobrado la indemnización?

En fin. No apuro más el tema. Ya he recuperado la normalidad y he vuelto a ir en bici al tajo. Algunos días.

He observado que el barro en esa zona es recurrente, por lo que deduzco que no obedece al plan maestro consistorial de fregado de calles sino más bien a una de las dos posibilidades:

a) Los del camioncillo asesino almuerzan en una de las dos cafeterías que hay delante del paso de cebra.
b) Los del camioncillo asesino encuentran divertimento en ver como entran al instituto las chicas que asisten a sus clases.

Creo que nos quedaremos con la duda.

Prometo no tardar de nuevo 5 meses en actualizar el blog.

4 comentarios:

  1. La calidad narrativa del relato (y su mezcla de ironía, humor, mala hostia...) te redimen del pecado cometido contra el undécimo mandamiento: "una vez abierto, actualizarás tu blog una vez a la semana como mínimo".
    Menos mal que todo se ha quedado en nada y la cosa no ha terminado en "los" juzgados.
    Un abrazo.

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  2. Tu relato es como esas películas que provocan risa y pena al mismo tiempo. ¡Eres un Spielberg de los blogs! :)

    Ahora en serio, me alegro de que no haya sido nada grave. Y por grave me refiero a algo que requiera la presencia de un juez.

    Como dice esa maldición, "pleitos tengas y los ganes".

    PD: ¿Sabéis por qué los científicos van a usar abogados en vez de ratas para sus experimentso?

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  3. ¿POrque no da pena si se mueren?

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  4. por alusiones...

    ya me gustaria tener tu lengua.....

    Hhay que ver lo deprisa que tu piensas, en un frenazo....

    Llaceras con miles de bicis, y a todas daras tus amores, hasta que un dia encuentres una electrica y le daras tu alma mortal.... pero ya será tarde para recuperar el tiempo perdido

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